lunes, 22 de enero de 2018

La noche tenía frío...

La noche tenía frío
             y se fue al Sol con la queja.
               El Sol, que es buena persona,
            le dijo: "Pues ten paciencia,
     y te haré o una toquilla
 toda de linda calceta.
          Las agujas, las del tiempo;
          los dedos, mis rayos sean;
  la lana, un hilo de luz;
 y la Luna, la madeja.
       Allí donde caiga un nudo
       he de poner una estrella".
        El Sol cumplió su palabra.
          Cuando terminó de hacerla,
          la noche quedó asombrada
       de toquilla tan espléndida.
          Al echársela a los hombros,
     la noche, que es friolera,
seguía teniendo frío,
       pero al mirarse, por verla,
en el espejo del mar,
   se quedó tan satisfecha
       luciendo sobre la espalda
    una toquilla de estrellas,
        que se aguantó todo el frío
         con tal de ir tan peripuesta;
   y, como es agradecida,
           se fue a ver al Sol, dispuesta
        a dar las gracias, muy fina,
por aquella gentileza.
        Pero nunca se encontraban
  sobre la celeste cresta,
          porque cuando el Sol subía,
ella bajaba la cuesta.
      Hasta que gritando fuerte,
      a través de toda la esfera,
      ella dijo: "¡Gracias rubio!"

               Y él dijo: "¡A tus pies, morena!"


                                                                                          Salvador de Madariaga

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